lunes, 5 de septiembre de 2016

LA MEDICINA INDÍGENA EN LA AMÉRICA PRECOLOMBINA

La medicina tradicional indígena son aquellas prácticas médicas que han tenido su origen en los espacios geográficos y sociales de los pueblos indígenas, y que surgieron antes de la colonia, y/o en el proceso, cuyos conceptos, metodologías terapéuticas se basan en la historia, la cosmovisión y la identidad cultural indígena. Lo cual no significa que no se hayan modificado en el tiempo, incorporando elementos conceptuales, médicos y terapéuticos de las diferentes sociedades que los han dominado. Lejos de desaparecer, la medicina indígena ha resurgido en la actual era, y está ganando su lugar. Las curas tradicionales de hierbas y los tratamientos espirituales varían dependiendo del pueblo indígena, pero también existen muchos parecidos. La mayoría de ellos han sido desarrollados a lo largo de los siglos y son prescritos y utilizados con mucha confianza por su población.
Aunque existen diferentes procesos de desarrollo de la salud en los pueblos indígenas, es posible ver una cosmovisión común que, fundamentalmente, entiende la salud como, el equilibrio entre las fuerzas naturales y las espirituales, entre los individuos y las comunidades. La enfermedad, en esta concepción, es una alteración de dicho equilibrio y su curación tiene que ver con la restauración de los equilibrios perdidos, poniéndose de relieve la armonización necesaria. 
___________________________________________________________
El temazcal
LOS AZTECAS: Los aztecas vivían en el México precortesiano, eran politeístas, ellos sostenían la visión de que los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y a la inversa, el comportamiento humano podía afectar el equilibrio y la estabilidad del universo. La religión azteca combinaba la religión del Estado con el chamanismo. La enfermedad era el resultado de un mal vivir. Ticitl era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos (enfermera). Tlamatqui-ticitl era la partera. La enfermera administraba brebajes, ponía lavados intestinales, curaba dando fricciones, colocaba férulas, vigilaba los temaxcalli (baños de vapor para que sudando se alejaran los malos humores).
Los chamanes eran los agentes elegidos para curar las clases de enfermedades causadas por desequilibrio del universo o por la intrusión de seres de otros niveles cósmicos. El diagnóstico y la cura de estos padecimientos requerían que el curador viajase a esos otros mundos. El viaje al cosmos se lograba por medio del ritual y de la ingestión de psicotrópicos. La curación chamánica sigue teniendo amplia difusión entre grupos nativos de Mesoamérica. Creen también que el poder para curar se adquiere mediante viajes a otros mundos, que se llevan a cabo en estados alterados de la conciencia.
Además entre los aztecas había reglas que debían cumplir cabalmente para poder tener salud, la que dependía de su virtud; existía una dualidad entre el bien y el mal. Por lo que la enfermedad era el resultado de un mal vivir o sea, por no cumplir las reglas, entonces los dioses castigaban al ser humano, por lo que el enfoque salud– enfermedad era místico. La salud y la felicidad eran resultado del equilibrio de la dieta y de la moderación en el comportamiento.
A la enfermedad en general le llamaban cocolli, y cuando afectaba a varias personas simultánea o sucesivamente, cocoliztli. Algunos historiadores han afirmado que esta misma palabra tenía significación especial y la aplicaron a la viruela. En cuanto tomaban a su cargo la curación de un enfermo, su afán consistía en saber si el padecimiento era curable o patiani. Esto lo resolvían haciendo absorber al paciente el polvo de zozoyátic, que de provocar estornudos o ecuxoliztli, daba un indicio para formular un buen pronóstico. Sangraban con sanguijuelas aplicadas en la región más conveniente (práctica que ha cobrado importancia actualmente). En cuanto a la sanidad, estaban muy adelantados, porque había una gran limpieza en las calles y toda la basura se recolectaba, siendo depositada en montones en determinados sitios de la ciudad en donde se incineraba diariamente. Los desechos humanos eran utilizados como abonos agrícolas o como ingredientes para la tintura de telas.
El ambiente de Tenochtitlan era sano para la época. La higiene pública y personal contribuía a minimizar la incidencia y la gravedad de las enfermedades. La población nativa era básicamente saludable, debido a la buena nutrición, a la relativa libertad con respecto a los patógenos epidémicos y a una sólida higiene pública. No había humedad en sus habitaciones, pues se protegían de ella por medio de piedras colocadas en el piso, aseo y ventilación de esos lugares. El agua se traía por un canal con agua potable y ésta era para beber y preparar alimentos; y, por otro canal, llegaba agua para el lavado y la limpieza. 
Sin embargo, la humedad y la contaminación de los lagos promovían la disentería, el reumatismo y las infecciones respiratorias. Los aztecas solían tratar las picaduras de serpientes, arañas e insectos venenosos haciendo un corte en la lesión, succionando el veneno y frotando tabaco en la herida. 
Ahan Chamahez- dios de la medicina
Las medicinas que usaron los antiguos mexicanos tuvieron su origen en los tres reinos de la naturaleza: animal, mineral y vegetal. Tenían purgantes, eméticos, antieméticos, diuréticos, sudoríficos, ocitócicos y abortivos, antiabortivos, antidiarreicos, antiespasmódicos, anestésicos, expectorantes, tónicos, narcóticos, emolientes y parasiticidas.
Entre los aztecas, el oficio de curar estaba subdividido, más todos ellos pertenecían al mismo gremio. El tlama-tepati-tícitl era como médico internista, curaba con medicinas ingeridas o aplicadas sobre los tegumentos. El toxoxotla-tícitl era como el cirujano, el tezoc-tezoani era como los flebotomianos, la tlamatqui-ticitl era como la comadrona (partera) y el papiani-panamacani era como el boticario o, más propiamente dicho como el herbolario. Había también mujeres que daban yerbas para provocar abortos. Según Sahagún (1558, citado por Ocaranza, 1995), “tenían grandes conocimientos de los vegetales, sabían sangrar, sobaban, reducían las luxaciones y fracturas, sajaban y curaban las llagas, la gota, y en las oftalmias cortaban las carnosidades”.
Otra parte de la tradición terapéutica americana está coleccionada en el Códice
Badiano, obra escrita en latín por Juan Badiano, siendo su verdadero autor el
médico indígena Martín de la Cruz (México 1552), en la que se describen los
tratamientos para el dolor, para todos los padecimientos de la cabeza a los pies y
se describen, además, los signos que presentan los que van a morir.
El uso de drogas alucinógenas era muy importante y estrechamente relacionado
con el llamado vuelo chamánico, (o entrar en trance, como se dice ahora) es decir
con la sensación de una disociación durante la cual el espíritu del chamán se
separa de su cuerpo y penetra en otras dimensiones, ora para encontrar la
curación de enfermedades, o bien sea para consultar a sus ancestros o para
indicar los sitios propicios para la caza y la pesca.
La Medicina en la Cultura Azteca se lleva a cabo en la unión de lamagia y la religión, en donde se da la intervención de alguna deidad parasanar a los enfermos.Hay que aclarar que usaban las plantas medicinales, piedras y animales queposeían propiedades curativas y que ningún país de Europa lo tenían clasificados.
Un claro ejemplo es el del Dr. Francisco Hernández en el siglo XVI quien se encargo de recopilar 1,500 nombres de plantas, describiéndolas, calificándolas mediante su empleo de cada una presentando en su libro [Historia de las Plantas de la Nueva España]
Hay que destacar que los médicos aztecas tenían un gran conocimiento sobre las plantas,ejemplo de ello es la creación de ungüentos,mezclas de resinas, aceites para curar cómo son las quemaduras, caries, mordeduras o picaduras de los animales venenosos, curaban lashemorragias, además de atender partos y hacían cirugías, es sorprendente esta cultura donde también es de destacar que había tanto hombres y mujeres aztecas que lo practicaban.
Ilustración aborígenes aztecas
_____________________________________________________________
LOS MAYAS: Para la Medicina Maya la naturaleza está por encima de los hombres, determinando sus vidas y su proceso de salud-enfermedad. (Por esta razón se venera y se deidifica). El ambiente y el cosmos tienen influencia sobre la vida, explican el funcionamiento del cuerpo a través de las leyes de la naturaleza.
La medicina Maya considera al hombre como parte integrante e interactuante del cosmos y la sociedad, por lo que todas las actividades del individuo repercutirán en ellas. Cualquier cambio o acción en la naturaleza, comunidad y familia, lo afectarán a su vez a él, provocándole salud o enfermedad. Esta cosmovisión repercute en la práctica médica Maya y da lugar a mecanismos específicos para el diagnóstico y tratamiento. El pensamiento holístico de la medicina Maya relaciona íntimamente el cuerpo y el alma, relaciona todas las partes y órganos del mismo cuerpo, relaciona el cuerpo con el tiempo cósmico, y relaciona el cuerpo con el frío-calor. Maneja los "principios vitales" y conceptualiza la enfermedad como un desequilibrio, el cual puede ser causado, principalmente, por elementos con propiedades frías y calientes. Las causas que atentan contra el equilibrio corporal pueden ser producidas por el propio organismo, por su familia, por la comunidad, por la naturaleza y por las distintas divinidades. La salud, entonces es el resultado de vivir de acuerdo a las leyes de la naturaleza y la sociedad, y la enfermedad es el resultado de la trasgresión a esas leyes. En este sentido, los mecanismos para lograr el equilibrio (curación) tiene que ver con varios elementos tales como el uso de plantas medicinales, realización de ofrendas, realización de ceremonias, acudir a los terapeutas indígenas tales como: yerbateros, parteras, guías espirituales, sobadores, hueseros y sacerdotes. La medicina tradicional maya y el poder de intermediar entre las divinidades y los hombres a recaído en personas especiales conocidos como sacerdotes mayas o curanderos. La medicina maya es integral ya que busca la salud y equilibrio del cuerpo, la mente y el espíritu. En la base de la medicina maya está la noción del hombre y su relación con Dios y con la naturaleza. Los seres humanos tienen cuerpo y alma o Aj canul y representan el aspecto sagrado de cada persona.
Las almas pueden ser afectadas por los malos aires que provocan enfermedades y estas se pueden curar consultando el Sastún cual fue el mal aire que les ha hecho daño.
Podemos identificar los siguientes tipos de médicos mayas: * Los hierbateros son personas que realizan curaciones leves como la tos, irritaciones de la piel a
base únicamente de hierbas medicinales y realizan adivinaciones como la lectura de cartas. * Los hueseros o sobadores se especializan en curar con las manos dolores musculares producidos por reumas, golpes o luxaciones.
* Los más importantes y respetados por la comunidad son los H-Meno'ob o J-meno'ob que son los sacerdotes mayas encargados de oficiar las ceremonias agrícolas como el Wajil Kool o presentación de ofrendas a los espíritus de la milpa en agradecimiento de una cosecha abundante, el Chá-chaac o petición a los dioses de la lluvia (chaques) y el Loj Korral que es la bendición de una parcela o corral. 
Los H-Meno'ob son considerados personas especiales capaces no sólo de intermediar entre los hombres y las entidades invisibles, sino también tienen la capacidad de poder curar enfermedades graves con hierbas de la región, de tal manera que
algunos son capaces de curar las picaduras de la víbora de cascabel y los malestares físicos causados por malos vientos.
Las adivinaciones la realizan tirando al suelo las piedras blancas del Sástuún. Existe la creencia de que los H-Meno'ob que practican la magia negra o invocan al demonio son capaces de convertirse por la noche en animales como el perro o el chivo causando sus tropelías en la calle y entrando en los patios de las casas cuando todos duermen, son conocidos como Huay-Pek (Perro-Brujo) o HuayChivo (Chivo-Brujo).
Los mayas veían la vida como una constante lucha entre el Bien y el Mal, entre dioses benévolos y malévolos. Para cada enfermedad había una deidad que la provocaba y otra que protegía a la persona enferma.
Realmente es muy difícil establecer un único y directo Dios de la Medicina. Itzamná, el dios sol, el señor del cielo, dios de la vida y por ello asociado a la fertilidad, era adorado como dios de la medicina durante el mes maya Zip, septiembre. Ixchel, su esposa, era considerada la diosa de la luna, del agua y de las inundaciones; quizá la que más se acerca al honor de llamarse Diosa de la Medicina, pues era su protectora así como de las parturientas, se le suponía inventora del arte de tejer. Otra diosa a considerar era Ixtab, diosa de los ahorcados (suicidas), ya que los afligidos por el dolor y que consideraban incurable su mal, se suicidaban ahorcándose para que la diosa los llevara al cielo. Otros dioses de la medicina eran Cit Bolon Tun y Ahau Chamahez. En el área yucateca aparece otro dios llamado Sacal Puc, dios de los yerbateros, los que curan con hierbas, personajes de gran importancia en la medicina maya. Dioses menores en medicina eran los llamados Bacabs, cuatro hermanos que colocados en cada uno de los puntos cardinales sostenían el universo, y que se asociaban a fenómenos naturales como la lluvia y el viento que también podían traer enfermedades.
En la parte opuesta, la de los dioses malvados, destaca el llamado dios de la muerte Ah Puch (también llamado Cum Hau, Hum Hau, Ah Kisin), que representado en su forma corpórea como Yum Cimil (o Yum Kimil), acechaba dando vueltas alrededor de los enfermos. Ahalcaná, que causaba la hidropesía y la ictericia, y Ahalpuh, el que producía el pus; Ahalmez y Ahaltocob, que herían a los hombres para que les sucediera el mal y murieran boca abajo, en la puerta de su casa o detrás de ella; Cuchumaquic y Xiquiripat que eran causa de las hemorragias; Chamiabac y Chamiaholom, que debilitaban a los hombres hasta que se quedaran en los huesos y murieran; Patán y Quicxic, que provocaban la muerte repentina y los vómitos de sangre.
Está comprobado que los Mayas suturaban heridas con cabello humano, usaban cabestrillos para la curación-recuperación de fracturas, por poner unos ejemplos característicos de sus elevados conocimientos para aquella época. Eran "cirujanos" habilidosos y hacían prótesis a base de jade y turquesa, además de rellenos también de jade y pirita de hierro. Al menos tres enfermedades clínicas: la Pinta, la Leishmaniasis, y la Fiebre Amarilla -así como varios síndromes psiquiátricos- fueron descritos por los mayas.
Utilizaron multitud de hierbas, resinas y cortezas de árboles y arbustos con fines terapéuticos. Las hierbas, por ejemplo, eran usadas para fines terapéuticos tan diversos como: contención de hemorragias, verdaderos complementos vitamínicos, para tratar y cerrar heridas en el tejido muscular, y también como emplastos a modo de vendajes.
Además de hierbas, cortezas y raíces de plantas y arbustos, conocían y usaban ciertos hongos y -curiosamente- algunas piedras a las que otorgaban propiedades curativas. El Jade -por ejemplo- era usado para tratar problemas de espalda y riñón. De hecho la palabra Jade se deriva del español "Piedra de Ijada". Por esta razón era llamado también Lapis Nephriticus siendo adoptado su uso por los conquistadores y derivando el término a nefrita.
De acuerdo a la evidencia en esqueletos, usaron técnicas para practicar ciertas trepanaciones en el cráneo: primeramente usaron la abrasión, que combinaron posteriormente con la trepanación y los cortes. Las consecuencias de la trepanación tradicional iban desde la muerte inmediata del paciente (nos imaginamos que en un número elevado de intervenciones) hasta una supervivencia más o menos larga de otros pacientes más afortunados; las marcas dejadas en los cráneos van desde orificios de diversos diámetros y formas, hasta cicatrices antiguas.
Ilustración de aborígenes mayas
_____________________________________________________________
LOS NAHUAS: Los nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica, al que pertenecen los mexicas y otros pueblos antiguos de Anáhuac que tenían en común la lengua náhuatl. El término mexicano es su autodenominación posterior a la fundación de México, así como mexicanero (en el estado de Durango). Su nexo principal era su lengua, el náhuatl o mexicano (en el sur de Mesoamérica o nahuat) (en algunas regiones costeras), además de grandes similitudes en su religión y cosmovisión.
Son nahuas los pueblos prehispánicos de Tlaxcala, Chalco, Cholula y Acolhuacán. Los mexicas destacan por la fundación de Tenochtitlán, en 1325, y por su influencia sobre otros pueblos de la región, en lo que actualmente son los estados de Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Michoacán y Puebla; así como porciones menores de Oaxaca, San Luis Potosí, Veracruz y Tabasco
Los Nahuas o Naua arribaron al centro de México, y por tanto a tierras que posteriormente formarían parte del Estado de México, después de los chichimecas y constituyeron, como anota el cronista Clavijero, “... siete tribus de una misma nación... los Xochimilcas, Chalcas, Tepanecas, Colhuas, Tlahuicas, Tlaxcaltecas y Mexicanos”.  Edificaron un impresionante poder económico, administrativo y guerrero en todo el valle de México que perduró hasta la llegada de los conquistadores españoles, quienes impusieron a los pueblos indios una nueva forma de vida y de organización de la sociedad, basada en la explotación de los recursos humanos y naturales, característicos del coloniaje.
En el momento de la Conquista de América por parte de la corona española, los nahuas se habían expandido a la América Central y contaban con importantes asentamientos en la vertiente del Pacífico de Nicaragua, en el extremo noroccidental (Tezoatega), y en el istmo de Rivas a orillas del Gran Lago de Nicaragua o Cocibolca. Además, había comunidades nahuas en la boca del río San Juan, así como en la región de Bagaces (Costa Rica) y en la cuenca del Sixaola, en la región fronteriza entre Costa Rica y Panamá.
La medicina, los médicos y los medicamentos entre los nahuas estaban dedicados al hombre en su totalidad y siempre tomando en cuenta el contexto sociocultural.
Se ignoraban las fragmentaciones del individuo tan apreciadas por la sociedad actual. No concebían el cuerpo en oposición al espíritu, ni al individuo contra la sociedad. El cosmos y el hombre constituían un todo.
Los nahuas de la época prehispánica hacían una distinción entre las "buenas enfermedades "infligidas por los dioses y las "malas enfermedades" causadas por la magia negra. Estos males podían ser tan graves unos como los otros pues no se diferenciaban por su intensidad o su pronóstico sino por su etiología.
Cuando los nahuas o sus médicos los titici, hablaban de enfermedades, no hacían referencia a problemas de tipo estructural tales como las alteraciones o la falta de algún órgano sino que se referían a cambios dinámicos ocurridos en el organismo.
La persistencia de la salud se derivaba tanto de las fuerzas en juego en el cosmos como del mantenimiento de sus propios límites contra las fuerzas de los demás. El equilibrio era la salud y su ruptura la enfermedad.
La unidad dialéctica fundamental consistía en la polaridad frío-calor y en el registro de sus cambios. Todo se clasificaba según su calor o su frío. El hombre participaba de esas dos propiedades. Algunos órganos eran más calientes que otros. Esta división dual respecto a la integridad corporal del hombre, de la enfermedad, de los alimentos y de los medicamentos aún se proyecta hasta nuestros días.
De tal forma que los medicamentos poseían sus propiedades térmicas y eran utilizados en función de las características de las enfermedades siguiendo esta polaridad fundamental.
Para los nahuas el nombre más usual para el cuerpo humano era el de tonacayo: "nuestra carne en su conjunto". El lado izquierdo del cuerpo tenía valores positivos porque era el lado del corazón y también el que ocupaban aquellos más cercanos a la autoridad. Los huesos eran considerados como depósitos de las fuerzas vitales del individuo. Tal vez por esta razón, el fémur del sacrificado se conservaba y se le llamaba "dios cautivo" maltéutl.
Los nahuas creían que las fuerzas sobrenaturales podían entrar en el organismo por medio de las articulaciones para alojarse en los huesos. El ombligo era el punto de distribución de los conductos del cuerpo. Era la vía de acceso para los medicamentos que así entraban en el organismo y vencían la fatiga física. El ombligo era el punto central del cuerpo, un punto tan importante como el centro de la tierra y el eje cósmico lo eran para el universo.
Los cabellos revestían carácterísticas mágicas debido a su contigüidad con la parte superior de la cabeza que era el lugar bañado por el tonalli una de las entidades vitales o almas. La cabeza era la región de la comunicación, de las relaciones con la sociedad y con el cosmos. Allí se alojaba la capacidad de razonamiento. La palabra tzontecómatl: "la cabeza en su totalidad", era sinónimo de ilhuícatl, "el cielo".
Los Nahuas poseían una cultura aparentemente politeísta, en el fondo, el concepto de Teotl y Ometeotl demuestra una jerarquización de las deidades en un sistema filosófico que necesariamente conduce al monoteísmo, ya que los dioses todos se sujetan al principio universal de la dualidad. Muchas de esta deidades, en tanto que emanaciones o fuerzas procedentes de la dualidad, son importante a estudiar en la medicina tradicional indígena. Por ejemplo, Temazcalteci es la diosa del temazcalli, de la medicina y de las yerbas medicinales; Tzapotlatena es la primera deidad a inventar el uxitl, una resina del pino; Tonatzin la madre, diosa de la tierra y de la medicina herbaria; y Xipetotec dios y patrón de los médicos y enfermedades de la piel. Los Tlamatini eran los filósofos, sabios y médicos de la más antigua filosofía monoteísta heredada de los Toltecas. La fuerza universal representada por Ometeotl, era la deidad suprema de la dualidad que manifestaban en todo tiempo y en todas las cosas. La fuerza masculino de Ometeotl se representaba por Ometecutli, y la femenina por Omecihuatl.
Para entender el proceso terapéutico de la medicina tradicional nahua se debe comprender la “concepción que tiene cada grupo con respecto a su ser, a su existencia, a su origen y al universo”. En el caso nahua, se considera que la energía del hombre reside en ciertos componentes  espirituales o  lo  que  llamaría  López Austin entidades anímicas, las cuales pueden ser afectadas tanto por seres humanos como por no humanos, siendo aquí donde el origen de las enfermedades se encuentra íntimamente relacionado con tales concepciones. Entre las diferentes enfermedades tratadas por la medicina tradicional se encuentran: mal de ojo, empacho, susto, caída de mollera, disentería, aires, diarrea, torceduras, brujería o daño, y anginas, siendo las más comunes  la pérdida del alma, el susto o el espanto, el mal aire y la hechicería, entre otros padecimientos. Asimismo, se ha podido identificar el papel fundamental  del  médico  tradicional  también  llamado especialista  ritual como parte del proceso curativo, pues al dedicar gran parte de su tiempo a la curación de  enfermos  cuenta  con  el  reconocimiento  de  su comunidad y no se le considera una persona común, además de poseer varios conocimientos, su importancia deriva de la relación que puede establecer con las divinidades, creando así un espacio simbólico donde funge como encargado de decir lo que los demás no pueden ver; es decir, por ser un mediador que a su vez puede tener funciones socio-políticas. De acuerdo con su función, este especialista ritual será conocido como huesero, yerbero, granicero,  rezador  de  los  cerros, partera, sobador, chupador, adivino, hechicero, brujo y curandero; es importante señalar que no sólo se remiten a su especialidad, ya que muchas veces poseen el conocimiento de otras prácticas, encontrando incluso especialistas en tres áreas. El término chamán también ha sido utilizado para referirse a ellos, y aun cuando no es un término propio de los pueblos indios de México, se ha ocupado muchas veces como sinónimo de curandero.
Ilustración de aborígenes nahuas
______________________________________________________________
LOS INCAS: Una enfermedad para los incas era producto de alteraciones de fuerzas sobrenaturales. El tratamiento de esta era de manera empirista ,es decir una combinación de magia, religion y experiencia práctica. Para los incas la medicina se basaba en la mágia.
La religion también influye mucho con la salud porque los incas pensaban que las enfermedades eran consecuentes de sus propios pecados ,para ello hacian cultos religiosos como rituales y confesiones. Los dioses para los incas era una especie de castigadores; una enfermedad era cusa de un castigo divino de estos , es por eso que los incas trataban de encontrar una armonia con los dioses.
Los incas tenian un amplio conocimiento sobre la medicina natural, quiere decir que sabían los beneficios de cada producto mayormente de origen vegetal. Algunos ejemplos de plantas medicinales son la semillas del huayruro, las semillas de vilca, la resina del molle contra la depresión y la coca con sus efectos anesteticos para aliviar el dolor.
Algunas enfermedades estuvieron envueltas por la ansiedad y temor, según los cronistas era rara la forma en que se desarrollaban, ya que no se enteraron de que estas eran fisicas y no somáticas.
Los incas empleaban en los tratamientos los números, como los pitagóricos; por ejemplo, 13 días de ingerir un fármaco para los hombres y 9 para las mujeres.
La escogencia del candidato a chamán es muy similar en todas las culturas
indígenas, generalmente esta vocación se revela al individuo por medio de
visiones extrañas y apariciones sobrenaturales, las cuales se interpretan como
una llamada desde el ultramundo de los espíritus; entonces el candidato,
generalmente un niño, es sometido a un régimen de vida especial de dietas
alimenticias, de enseñanza y de prácticas. Al lado de los chamanes existen en
algunas tribus, los paeces por ejemplo, los brujos con prácticas clandestinas
destinadas a hacer "maleficios" y sus poderes son muy temidos.
La mentalidad de todos los seres primitivos fue de naturaleza mística, por tanto
las enfermedades fueron de carácter mágico y trataron de luchar contra ellas por
medio de la magia. El hechicero jugaba un papel básico al aplacar los espíritus.
Entre los Matacos, por ejemplo, para ser curandero, hechicero, hombre médico,
era necesario que fuera un individuo viejo y feo; muy distinto ocurría en la
Pampa, donde a los que tenían condición de afeminados se les iniciaba desde
niños en las prácticas curandiles, porque los creían poseídos por los demonios.
Así, como en muchos otros pueblos primitivos, la medicina indígena pasó de una
etapa hierático sacerdotal a otra de magia y empirismo, las que unidas siguieron
la lucha contra la enfermedad; sólo que la liturgia de aspavientos y melodrama
del sacerdote y el brujo quedó como aditamento ceremonial, aun cuando el
hechicero proseguía en sus coloquios convocando fuerzas secretas, con lo cual
ganaba la confianza de los circunstantes y del enfermo, ya había llegado a saber 
que en muchos casos eran más útiles la corteza de quina, la coca, el yagé, el
paico y muchas otras plantas.
Empleaban, en sus medicinas, productos muy variados de serpientes, gusanos,
arañas y animales mayores de los que usaban las vísceras. Sabían las propiedades de muchas plantas como los vermicidas como el paico y el higuerón;
tenían indicaciones especiales para el achiote, el guayaco, la otoba; se servían de
la zarzaparrilla, la ipecacuana, la jalapa, la copaiba y la corteza de quina. 
El médico español Nicolás Monardes, graduado en 1533 en Alcalá de Henares, en Sevilla, coleccionó las drogas provenientes de ultramar, trabajo que dejó
consignado en un pequeño tratado con dos libros: uno que versa sobre todas las
cosas que llegaban de las Indias Occidentales y que sirven en medicina; describe
así, por primera vez, la naturaleza y virtudes de algunas plantas americanas,
como el Cardo Santo, la Cebadilla, la Jalapa y el Sasafrás y corrigió las
descripciones de otras más como el Tabaco, la Canela, el Guayacán, el Bálsamo y la Cañafístula. Tuvo, además, el mérito de hacer familiarizar a los europeos con el uso de otras plantas de gran importancia como lo son el Maíz, la Piña, la Guayaba, la Zarzaparrilla, el Coco, etc.
El cronista Fray Pedro de Aguado dice que cualquier hinchazón o dolor que ocurría lo restregaban con la mano, luego soplaban al aire y tornaban a restregar con la mano y a soplar o chupar por repetidas ocasiones; en el caso de las heridas eran lavadas con agua tibia y las partes maceradas las quitaban con cuchillo de pedernal acompañada de las plantas medicinales que se utilizaban de modo oral.
Las Trepanacion era una especie de cirujia, esta se aplicaba luego de un traumatismo que provocaba una presión sobre la masa encefálica. También pudo haber sido utilizado como cura de males como los quistes, tumores y otros no causados principalmente por traumatismos.
Otro tema importante para los incas era la vida y la muerte, ya que para ellos la vida se pegaba con la muerte es por eso los frecuentes ritos de sacrificios humanos y animales como pago al "apu", a la huaca y a la pachamama o al dios del agua. Entre ellos estan los ritos funerarios, ritos profilácticos (sacrificios de animales),la Tinka que es la toma de la chicha en señal de veneración que tenía como objetivo contentar a la Pachamama para para obtener gran cantidad de cosechas, buena salud, bienestar en la población y buena producción de animales.
El uso de "plantas alucinogenas" tenian un rol importante, ya que los incas tenian un apego fuerte a lo sobrenatural; entre estas plantas estan: San Pedro, Ayahuaska y Peyote.
Ilustración de aborígenes incas
____________________________________________________________
LOS KALLAWAYAS: El significado de su nombre, en lengua aymara, significa médicos u hombres medicina. Se ubican en el departamento de La Paz, Bolivia y en Perú. La región es famosa por los curanderos médicos del cuerpo y del alma, descendientes de época incaica que han conservado los conocimientos y una detallada clasificación antigua de las plantas y animales incaica, cuyos saberes médico-religiosos sintetizaron, tenían un estatus especial, practicaban la medicina tradicional y eran encargados de cargar el anda del Inca. Usan aun sus trajes tradicionales y en el caso de los hombres los identifican sus ponchos rojos con listas de otros colores y el sombrero.
Existen diversas hipótesis sobre el origen de los Kallawaya. La arqueología de la zona está influenciada por el Tiwanaku expansivo y la subsiguiente cultura Mollo. Se sabe por las crónicas, que en el Imperio inca los kallawaya tenían un estatus especial, practicaban la medicina tradicional llevando plantas medicinales de un sitio a otro y eran los encargados de cargar el anda del Inca. Se les reconocía un territorio autónomo mucho más amplio que la región que habitan actualmente, en una franja de pisos ecológicos que van de los 1.000 hasta los 5.000 metros sobre el nivel del mar lo cual les proporcionaba acceso a una variedad de plantas medicinales y una interrelación con culturas del altiplano y las tierras bajas.
El área cultural kallawaya comprende el Altiplano Opuna a partir de 4.000 m de altura, caracterizado por la existencia de pastos y arbustos adaptados al clima. Más abajo están los Valles Altos, con una altura de 2.800 a 3.800 m donde crece una variedad importante de gramíneas, arbustos y plantas. Por último, se distingue la zona de Preyunga, de 1.200 a 2.800 m de altura. Tan variada vegetación y abundancia de plantas, arbustos frutales y cultivos de importancia económica lo cual les proporcionaba acceso a una variedad de plantas medicinales y una interrelación con culturas del altiplano y las tierras bajas, que pudo haber sido la base de su medicina itinerante.
La medicina kallawaya ejercida actualmente por unos 2000 hombres, utiliza plantas, animales, productos humanos, minerales, amuletos y terapias. Los conocimientos, transmitidos por los padres y abuelos a los muchachos y niños, en su conjunto conforman un patrimonio intangible. Además de sus conocimientos en materia de medicina natural, los Kallawaya comparten una cosmología, un conjunto de creencias, rituales, mitos, valores y expresiones artísticas que le proporcionan una visión particular del mundo, de la cual depende su concepción de la salud, que une la naturaleza, lo espiritual, la sociedad y la persona. Los Kallawaya han conservado una detallada clasificación antigua de las plantas y animales, que puede proceder de la época incaica. Por otra parte, a la vez que médicos viajeros, los Kallawaya son agricultores. 
Entre los indios yakutes hay una hermosa leyenda de los trágicos amores de bo-khan, el primer chamán, y una doncella celeste, cuenta que el fruto del amor humano con lo  divino, fue un niño que su madre despechada abandonó bajo un árbol para que éste lo nutriera con su savia. Ese árbol era un álamo, y de él se dice que desciende la raza de los chamanes kallawayas, se atribuye al creador la idea de dar un guía a la humanidad que sería llamado Chamán y encaminaría su pueblo en la vida.
Dicen que en el bosque cada especie tiene un espíritu guardián que reside en ella y la protege… Por eso el aborigen, antes de cortar la más pequeña rama o recoger un fruto, deberá pedir permiso a su invisible “señor”. Cada planta y árbol tiene su rango divino, y el aura mítica lo envuelve a los ojos azorados del indígena, que sabe por tradición que si al árbol sagrado se le respeta y cuida, este garantiza la abundancia en ganados y cosechas y quien come los frutos de los árboles sagrados vivirá muchos años. Al recoger la cosecha debe solicitarse permiso al  árbol y obsequiarle con tributos, los indios respetuosos del mito milenario saben que bajo su sombra no se puede mentir o hacer promesas vanas… porque la amenaza de castigo es terrible. La veneración de los nativos a los árboles protege a quien celebra su ceremonia de bodas bajo su sombra, donde reciben la bendición del árbol sagrado, que les asegurará una feliz unión, y será fecunda si el primer encuentro entre los esposos se realiza bajo las ramas protectoras de la especie sagrada.
Para el hombre occidental, de un árbol o planta se obtienen utilidades, para el indio un árbol tiene vida espiritual y se le reconocen virtudes…, medicinales, mágicas, alucinógenas ó divinas, que facilitan los chamanes, mediante contactos y relaciones especiales, enseñando a sus descendientes esta cultura de dependencia de árboles y plantas, los aborígenes estiman estas creencias que perduran, dentro de los misterios y la vida  del bosque.
Las culturas aborígenes donde los chamanes son médicos tradicionales ó sanadores  durante cientos de años se han especializado en el estudio de las plantas con las que han alcanzado nivel de eficacia altísimo, los seguidores de este ciencia del conocimiento se ejercen de forma ambulante su sabiduría de la eficacia de las plantas, recorren selvas, bosques y montañas en busca los productos medicinales, los kallawayas nos enseñan que la salud reside en el equilibrio entre el hombre y su entorno, donde la salud (buena o mala) es un estado global que comprende el físico y la psicología del individuo y su relación con  entorno social y natural. En la cosmovisión de los kallawayas, la definición de salud proviene de una analogía entre el cuerpo humano y la tierra, las montañas, los lagos, la lluvia, el sol, las plantas y los animales son seres vivos, con familia, con casa, con nombres. 
Este patrimonio cultural con sus conocimientos en materia de medicina natural se transmite de padres a hijos. los Kallawalla, comparten una cosmología, que contiene un  conjunto de coherentes creencias, rituales, mitos, valores y expresiones artísticas con una visión original del mundo, de la cual depende su concepción de la salud, que une la naturaleza, lo espiritual, la sociedad y la persona.
Los Kallawalla actuales hablan quechua, aymara y castellano, y una lengua propia, usada entre ellos  en los rituales y práctica médica, es la lengua, kalliawayai quiere decir “iniciado” en el saber, que contiene palabras procedentes del idioma puquina que se hablaba en el Imperio Inca y que está presente en la toponimia andina boliviana.
Los rituales son de gran importancia para las curaciones. Las ofrendas a Pachamama buscan restablecer el equilibrio vital del cual todos dependemos. Es en la prevención donde se sitúa toda la fuerza de la medicina kallawaya. El origen de la enfermedad no se busca únicamente en el organismo del paciente, sino también en el conjunto de sus relaciones con el trabajo, la familia y las actividades cotidianas.
Existe una leyenda kallawalla en relación con la planta de la coca: Vivía una mujer extraordinaria en una región de los Andes. Su belleza era magnífica. Tenía mucho encanto y era muy presumida. Era una diosa. Cuando tomaba un aspecto humano compartía con los hombres su encanto con caricias hechizantes. Pero la conducta de esta mujer despertó los celos de las esposas y las protestas morales de los ancianos que la persiguieron, y  la mataron. La enterraron en una tierra fecunda, en un lugar donde llovía mucho. Del polvo de su cuerpo nació un arbusto, cuyas hojas tenían propiedades maravillosas. Esas hojas tenían la fuerza de aliviar los dolores y el optimismo de la vida. La diosa se vengó de las esposas haciendo que sus maridos sufran de la permanente tentación de masticar aquellas hojas maravillosas, era la coca.
La coca crece en la cordillera de los andes, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, es una planta sagrada desde tiempos remotos. La coca no es sinónimo de vicio para los aborígenes; al contrario, esta planta forma parte de su alimentación, de su medicina y de su religión, ocupando un lugar importante en los rituales. Sus propiedades son múltiples: masticar hojas de coca calma el dolor de estómago, ayuda a resistir el hambre, la sed y la somnolencia. Una infusión de cinco hojas de coca elimina el “soroche” -o mal de altitud- y el dolor de cabeza, de siempre la coca es la compañera de campesinos y mineros en sus trabajos difíciles, los cuales realizan la mayoría de las veces sin agua, sin comida y a elevadas alturas. El camino precolombino de los kallawayas es un recorrido de 80 km atravesando la cordillera de Apolobamba, ascendiendo hasta los 4 500 y los 5 100 metros sobre el nivel del mar  para posteriormente atravesar el paso de Sunchulli, hasta llegar a las faldas del Akamani, la montaña mágica de los kallawayas. La población de Curva, capital mundial de los médicos itinerantes, y el camino precolombino de Niño Corin, conducen hasta Charazani donde se encuentran aguas termales.
La cultura kallawaya fue declarada por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, en el año 2003.
Foto antigua de aborígenes kallawayas
____________________________________________________________
LOS MAPUCHES: El termino mapuche puede referirse a todo el grupo de picunches (poblaciones del norte de Chile), huilliches (gente del sur chileno) y moluche o Nguluche de la Araucanía, o exclusivamente a los moluche o Nguluche de Araucanía.
Históricamente, los mapuches eran conocidos como araucanos  por los colonizadores españoles de América del Sur. Sin embargo, este término es principalmente considerado peyorativo, por algunas personas. La palabra quechua awqa "rebelde, enemigo", probablemente no es la raíz del araucano, lo más probable es que deriva de la palabra mapuche Ragko, "agua gredosa o arcillosa", que los españoles habrían usado para los pobladores de dichas regiones. El termino mapuche se deriva del idioma mapudungún mapu: tierra , che: gente o pueblo, pueblo de la tierra.
En la creencia mapuche ocupa un papel importante el machi "chamán". Por lo general, ocupado por una mujer, después de un aprendizaje con un Machi mayor, y tiene muchas de las características típicas de los chamanes de otras culturas aborígenes. El machi realiza ceremonias para curar enfermedades, alejar el mal, influir en el clima, las cosechas, las interacciones sociales y los sueños.
Las normas en relación al orden natural en la medicina tradicional mapuche están orientadas a evitar que los individuos transiten por espacios o territorios donde pueda encontrarse el mal. En la mayoría de las ocasiones, pueden adquirir un carácter de tabú, por lo que su trasgresión tiene como consecuencia, enfermedades provocadas por espíritus dueños de un espacio sagrado y divinidades asociadas.
Incluye:
-no atravesar terrenos pantanosos
-evitar los remolinos de viento
-no pisar culebras ni sus nidos
Las normas relativas al campo de lo social: se orientan a mantener el respeto y orden de la cultura mapuche en el ámbito de las relaciones comunitarias.
A modo de ejemplo:
-mantener buenas relaciones con parientes y vecinos
-respetar las alianzas y círculos de lealtades
-no alterar y respetar la estructura de la autoridad tradicional.
Las normas en el ámbito de lo sagrado: una de las normas fundamentales en relación
al ámbito de lo sobrenatural, tiene que ver con el cumplimiento de las obligaciones
rituales de carácter comunitario, ya que su no ejecución, es uno de los factores
fundamentales de origen de enfermedad, tanto a nivel individual como grupal.
Son ejemplos de este tipo de normas:
-machi y longko, como miembros de la comunidad, deben respetar deberes y obligaciones rituales, como por ejemplo, acatar el llamado a machi y oficiar las ceremonias específicas que implica la asunción de dicho rol
-fortalecer el vínculo del hombre con la divinidad y los espíritus, a través de la celebración de las rogativas de carácter comunitario (nguillatun), cada cierto tiempo
-cumplir con los deberes rituales hacia los antepasados o los espíritus protectores de la familia y hacia aquellos que tienen la potestad sobre algunos espacios como bosques, cascadas de agua, piedras con poderes, hierbas medicinales, etc.
Las normas en el ámbito de lo cotidiano. El mapuche no debe:
-aceptar comida o bebida de extraños o gente que no forme parte del círculo más cercano.
-exponerse a cambios de temperatura.
-dejar pelos, uñas, resto de flujo menstrual, etc., al alcance de otros.
-contar los sueños a desconocidos.
-transgredir las normas que rigen la conducta entre hombres y mujeres. A modo de ejemplo, las mujeres no deben andar solas por los caminos, a no ser que las acompañe el hermano y no deben dirigirle la palabra a extraños; por su parte, los hombres deben cuidarse de entablar relaciones con mujeres desconocidas.
A partir de esto, es posible señalar que el modelo médico mapuche pone principal atención, en la etiología de las enfermedades, es decir, en buscar la causa que da origen al estado patológico, el que, en esta cosmovisión, se fundamenta en las transgresiones producto del accionar humano. Es así que, mediante el concepto de trasgresión, se plantea un vinculo indisoluble entre el orden cultural (otorgado por las divinidades) y el orden del cuerpo.
En la cosmovisión Mapuche, se reconocen cuatro espacios en su
mundo, con la identidad enraizada en relación directa a esos espacios. La
fuerzas que habitan en esos espacios a veces se manifiestan en la forma de
visiones o manifestaciones físicas de los seres espirituales. Mapu es el
universo, la tierra, un espacio físico al mismo que un espacio no físico. El waj
mapu es el universo, un ente vivo habitado por un número de fuerzas que
hacen posible otros tipos de vidas. Cada persona pertenece a una fuerza. Cada
elemento que existe en la naturaleza es reflejo de una vida que posee un
origen determinado. El waj mapu está dividido en cuatro estadios diferentes:
Wenu mapu, las tierras de arriba, el Regiñ mapu es una dimensión intermedia
allí habitan los newen las fuerzas que son intermediarias entre los che (la
gente) y los newen de otros mapu, el Püji mapu, es el espacio donde habitan
las personas, el planeta tierra, en el que se manifiesta la vida que son al mismo
tiempo reflejo de diversas formas de fuerzas, el Miñche mapu es una dimensión
bajo la tierra. El concepto mapuche de persona denota su identidad mapuche
vinculado al territorio de sus ancestros o a la consanguinidad. Muchos lugares
son guardados por geh o dueños espirituales, como son por ejemplo los
montes, o vertientes a quienes se tiene que respetar.     
Foto antigua de aborígenes mapuches
___________________________________________________________
Conclusión: Los pueblos indígenas hicieron aportes significativos a la medicina
convencional, los casos del aprovechamiento de la quinina, del curare, la
zarzaparrilla, el guayaco, la coca, entre otras sustancias y plantas medicinales.
Los sistemas de salud convencionales se han beneficiado de esos conocimientos.
Se consideran plantas medicinales a aquellas especies vegetales cuya calidad
y cantidad de principios activos tienen propiedades terapéuticas comprobadas
empírica o científicamente en beneficio de la salud humana.
Existe abundante literatura sobre plantas medicinales específicas según la tradición de diferentes pueblos indígenas. Los siguientes textos son un ejemplo: Floripe Fajardo, Alejandro/CECALLI. Plantas que curan, Salud plantas medicinales. 1ª. Edic. imprimatur.
Managua, 1998. Ventocilla, Jorge, Herrera, Heraclio, Núñez, Valerio. El Espíritu dela tierra.
Plantas y animales de la vida delpueblo Kuna. 2ª. Edición. Abya Yala. Quito, Ecuador. Lira, Jorge. 
Medicina Andina: farmacopea y ritual. Centro de Estudios Bartolomé de las Casas. Cusco , Perú., House, Paul, Sánchez, Indalecio. Mayangna Pana Basni. 
Plantas medicinales del pueblo Tawahka. Rowland digital. Inglaterra. 1997. H, P. 
Werner, David. Donde no hay doctor. Edit. Centro Bartolomé de las Casas. Cusco Perú.  
_______________________________________________________________

Referencias:
Breve historia de la Enfermería en México_leticiacuevas1@hotmail.com
Historia de la Medicina Antigua Egipcia, Hindú, China y Maya.pdf
http://www.tlahui.com/medic/medic19/acutec1.htm.
http://www.herbogeminis.com/IMG/pdf/medicina_tradicional_maya.pdf
http://www.bvsde.paho.org/bvsapi/e/proyectreg2/paises/costarica/medicina.pdf 
http://bibliotecadigital.academia.cl/bitstream/handle/123456789/1003/tant56.pdf;jsessionid=02655DF1A9B9EFD4BD688A21CE679C5F?sequence=1

No hay comentarios:

Publicar un comentario