El steampunk fue, en sus inicios, un subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción especulativa que surgió durante la década de 1980 a manos de escritores conocidos por sus trabajos ciberpunk. A día de hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural y no tan solo literario. El steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante y por lo general localizada en Inglaterra durante la época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía.
Las obras de temática steampunk a menudo muestran tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura.
El mundo que imagina el steampunk, como se puede descubrir, es un mundo que parece anclado en las historias de Julio Verne y H.G. Wells, padres de la moderna ciencia ficción, pero lejos de la realidad, tan avanzado científicamente, en su extraña y retorcida forma de hierro, carbón y vapor, como el nuestro. El steampunk también debe su inspiración en novelas de aventuras y ciencia romántica, como las de Arthur Conan Doyle, Mark Twain y Mary Shelley.
El steampunk original, ya que a día de hoy este subgénero se ha convertido en un movimiento plástico y maleable, es más positivista frente a la tecnología; mostrando ésta casi de forma romántica, donde sus historias son claramente utópicas y optimista, donde los problemas de esa época (superpoblación, racismo, pobreza y desempleo) conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor.
Hoy en día, la gente usa el término "steampunk" más allá de su significado literario para referirse a un estilo de arte y diseño. Hay docenas de artistas que modifican o crean objetos para lograr una estética steampunk docenas. Algunos de estos proyectos tienen un propósito práctico, mientras que otros son piezas de arte o parte de un disfraz.
Aunque muchos de los trabajos originales dentro del steampunk están ambientados en un entorno histórico, desde 1990 el término steampunk se ha extendido a muchas otras obras en las que es difícil reconocer un periodo histórico concreto, ambientando estas historias, habitualmente, en mundos completamente imaginarios donde criaturas mitológicas o legendarias conviven con los elementos tecnológicos y anacrónicos propios de la novela steampunk.
La novela de China Miéville, La Estación de la Calle Perdido (2000) ambientada en un mundo donde la magia y la tecnología steampunk conviven o la saga iniciada con The Court of the Air (2007) por el autor Stephen Hunt que reimagina una época Victoriana cargada de elementos fantásticos son ejemplos de la novela steampunk en entorno fantástico. Así mismo, el mundo del videojuego se ha visto influido también por este particular subgénero como Arcanum: Of Steamworks and Magick Obscura o la facción Vinci en Rise of Nations: Rise of Legends mencionando tan solo algunos de estos ejemplos de una abundante lista.
En ocasiones las historias steampunk se sitúan en hipotéticos futuros o en sus equivalente fantásticos, dominando en estos la tecnología encontrada en el steampunk y su estética. La serie anime, Conan el niño del futuro de 1978 presenta un futuro steampunk post apocalíptico nacido de la mente de Hayao Miyazaki y la película de animación El planeta del tesoro de 2002, nacida del argumento de la novela La isla del tesoro, muestra una reinterpretación de este clásico con estética claramente steampunk.
(Fuente: Wikipedia)
(Imagenes: Google)
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